Una cliente contrata a una empresa de pintura para que le pinten toda la casa, pero no le gusta el trabajo realizado: algunos muebles están manchados y le han rallado el parque al moverlos.

Su contrato decía que se abonaba el 50% en concepto de materiales antes de realizar la pintura y el resto, se abonaría al finalizar y se niega a hacerlo y además reclama todo el dinero.

Por otro lado, la empresa de pintores ha empleado a 3 pintores durante 6 horas para el trabajo y ha tenido el coste del material necesario para pintar la vivienda más el de sus trabajadores.

La cliente descontenta quiere reclamar la totalidad de su inversión y la empresa, que no tienen un seguro de responsabilidad civil que pueda cubrir estas pérdidas para ellos y daños para el cliente, arremeten contra su cliente diciendo que no tiene criterio técnico para decir si está mal y que llamen a un perito para que avale el trabajo.

El consumidor tiene derecho a un trabajo bien realizado y la empresa la responsabilidad de ser profesional y cuidar de sus clientes y de sus trabajos.

Con una póliza de responsabilidad civil para profesionales del sector de la pintura y decoración, este problema se habría resuelto y ambas partes habrían quedado contentas.

Nuestra recomendación es que se haga un seguro de responsabilidad civil porque todos cometemos errores y, por eso, no significa que seamos malos profesionales, sino que como somos buenos trabajadores, somos capaces de subsanar los posibles fallos y estamos cubiertos para dar un servicio competente.

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